Salida a la corrupción

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Salida a la corrupción

SECLEM
Publicado de Ing. Carlos Heredia Fiallo en Editorial · 10 Septiembre 2020

Salida a la corrupción


La pandemía reveló la miseria de espíritu que tienen los políticos ecuatorianos, con alguna exigua excepción. Vieron en la declaratoria de emergencia la oportunidad para hacer negocios turbios en las entidades de salud a cargo del gobierno de Lenin Moreno Garcés. También salió a flote la corrupción que se arrastra desde el gobierno correista; y es que no pudo ser diferente, pues aquel es la continuidad de éste, sino vean el cuadro de ministros, asambleistas y demás burócratas del gobierno.

Los diagnósticos de la podredumbre del gobierno sobran, en cantidad tanto como en calidad, todos de conformidad al calibre del atraco, por lo que no me detendré a revisar cada uno de ellos, sería muy largo, ya que los noticieros, periódicos o redes sociales dan cuenta de uno nuevo a diario pero, todos tienen un denominador común, miseria humana.

Pero esa miseria no es una casualidad, más bien es el resultado de una acción irresponsable, continua, demagógica, arribista, oportunista, por citar algunos calificativos, que se vino fraguando desde finales del siglo pasado, con una supuesta reforma educativa que buscó el facilitarismo, el cultivo de la ignorancia y la conquista del poder público que, cuajó en el 2008 con el correismo.

Se extrajo de la juventud los valores vitales de la sociedad, se lesionó la estructura de la familia y el respeto a la autoridad paterna y con ello se disminuyó la sustancia, el espíritu de la filosofía moral del constructo social. Así llegamos a producir una sociedad llena de espíritus miserables que van tornándose en una conducta común, siendo los espíritus virtuosos unos incómodos invitados a la mesa del destino de la sociedad.

Hay que elevar la consciencia colectiva retomando los preceptos morales y éticos al interior de las familias, pues son como las señales de tránsito que nos avisan por donde debemos transitar, esta será la única solución...!

Ya se aproximan las elecciones, y vemos como los políticos empiezan a calentar los motores para apoderarse de las instancias del Estado que les otorgan poder, vanidad y recursos casi ilimitados.

Un sabio oriental enseñaba hace tres mil años “Solo quien está dispuesto a entregar su cuerpo para salvar al mundo merece que se le confíe el mundo. Solo aquel que pueda hacerlo con amor es merecedor de ser administrador del mundo.” Lao Tze

Es que esos preceptos morales son el alimento del espíritu y éste el de la sociedad. Son las señales de tránsito que nos protegen contra accidentes, que nos muestran nuestro destino y nos indican El Camino Recto por el que debemos transitar. Estas señales nos permiten lograr lo que todos los grandes hombres han enseñando a la humanidad como la necesidad del ser humano para realizarse como tal y como su destino final, la práctica de las virtudes y el amor universal.

Quien no esté dispuesto a sacrificar su egoísmo no es digno del favor del pueblo, si quiere alguien administrar este país debe dar señas claras de estar dispuesto al sacrificio, a la humildad, a jugarse la vida por la nación, no por los pobres, no por los ricos, no por los de la mitad sino por todos.

Se habla mucho de endurecer los castigos para los corruptos, pero estos castigos sólo son aplicados a los efectos, no atacan la causa. La causa no puede ser engendrada en el temor ni en el miedo sino en lo más digno del ser humano, en el respeto mutuo y en la propia conciencia de ser lo más alto de la creación.



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